viernes, 12 de abril de 2013

De carne y hueso como todos los demás



La muerte de la Thatcher nos ha brindado la oportunidad para leer artículos que recuerdan la vida de una mujer dedicada a la política que pasó 11 años en Downing Street. Para una desconocedora de su trayectoria política como yo ha sido una ocasión para descubrir algunas ideas de esta mujer que inspiró la expresión “la dama de hierro”.
“No soy una política de consenso. Soy una política de convicciones” decía ella. Y es que este enunciado guarda la fórmula magistral que empleó la hija de un tendero de Grantham para la política. Despertaba pasiones y odios a la vez pero lo cierto es que según apuntan los expertos sus ideas y su personalidad arrolladora han marcado la agenda de su país de tres décadas.

Margaret Thatcher defendió la libertad económica del individuo como principio para que un país prospere. El Estado, según ella no está para ayudar a los individuos. Cada uno es responsable de sí mismo.  Se dice así que llevó a su país como primera ministra por el sendero del capitalismo popular. A mí me vienen varias preguntas con todo esto: ¿no les parece que estas ideas están hoy en día en tela de juicio? ¿No es la crisis que estamos atravesando un replanteamiento de los principios del capitalismo? ¿El Estado no debe proteger a aquellos ciudadanos más débiles y vulnerables? ¿Creen de verdad que la “Iron Lady” era tan de hierro como se le supone?

A mí me parecen sospechosas esas palabras que apelan a la rigidez, a la mano dura e incluso a la impiedad de una mandataria. Así habló la Thatcher en 1979: “Cualquier mujer que entienda las dificultades de conducir una casa estará más cerca de entender las dificultades de conducir un país”. La metáfora de gobernar una casa me parece muy acertada para decir lo siguiente. ¿Debe una madre dirigir su hogar con mano dura o hace más bien falta de mucha mano izquierda? ¿Son las madres de hierro o más bien de carne y hueso? ¿Dónde queda lo humano? Me pregunto que sería de la férrea rigidez ideológica de la Thatcher si sufriera prematuramente ella o alguien cercano a ella por ejemplo un accidente o el azote de una enfermedad que le transforman a uno la manera de ver la vida. ¿Qué ideas de hierro defendería entonces?  

¿Se imaginan una conversación entre el también recién fallecido José Luis Sampedro y Margaret Thatcher? El escritor, economista y pensador que era a la vez un profundo humanista se horrorizaría si a él le llamaran el “caballero de hierro”. Sus ideas respiraban un profundo amor hacia la vida y las personas que sienten. Sampedro además se ha muerto  de una manera también muy fiel a su trayectoria vital. Y es que ha evitado el circo mediático que se crea cuando fallece un famoso.  Recuerdo todavía una entrevista en el que Sampedro hacía un juego de palabras con el  “pienso, luego existo” de Descartes. Para él era más acertado decir “siento, luego existo”. En estos últimos tiempos sus ideas le llevaron a Sampedro a defender el movimiento de los indignados. Y yo también indignado lo visualizo mientras abandona este mundo conversando y debatiendo con la Thatcher.


5 comentarios:

  1. Magistral post, dando en la diana a la calificación de "dama de hierro", contraponiéndolo a la de "caballero de hierro"
    Todavía queda un largo camino que recorrer..

    Jon Altolagirre

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  2. ¡Hola!

    Me has hecho rebuscarr otra de sus célebres frases: “Cuando quieras que alguien diga algo, pídeselo a un hombre. Pero si quieres que alguien haga algo, pídeselo a una mujer”

    M. Carmen A.

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    1. ¡Hola!
      Ahí queda tu apunte y ¡gracias por hacerme sentir que hay alguien detrás de mis palabras! :)

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