viernes, 29 de enero de 2016

Respirar juntos


Me uno a la conspiración. No me refiero a ningún plan de hundir a alguien o seguir la pista de una persona con fines sospechosos. Se sorprenderán de la curiosa etimología de la palabra “conspirar” que normalmente lo asociamos negativamente con oscuros planes contra alguien. Conspirar o “respirar juntos”, viene a significar estar de acuerdo para conseguir algo. Y nada más que eso. Pero ¿conspirar para qué? dirá, dirás.  

Es triste comprobar que salvo en contadas excepciones, la labor de los maestros es principalmente sinónimo del chollo de ganarse la enorme recompensa de tener unas generosas vacaciones. No relacionamos a un maestro o profesor en nuestras conversaciones con una profesión que merecería la más alta consideración. Sin ir más lejos, recordemos el último debate electoral cuando no se escucharon ningunas palabras de elogio a la educación por parte de los políticos. Puede que esta opinión generalizada se haya fraguado con el paso del tiempo y esté relacionada con una mala gestión de la cuestión educativa a golpe de leyes. No vamos a culpar a nadie como si alguien debiera pagar la falta con un castigo, como en la vieja escuela. Se nos olvida que todos somos cómplices de haber permanecido en ese largo sueño de desconsiderar la educación, en definitiva, de autocastigarnos a la mediocridad.

Ahora –como si sonara un estridente despertador-es urgente despertar de ese sueño entre bostezos y empezar a respirar juntos, ¡cambiar!, porque el mundo también cambia muy rápido llevándose todo por delante si uno no se adapta al cambio. José Antonio Marina –quien lidera el movimiento por el cambio educativo que él denomina conspiración educativa- nos lo advierte lúcidamente en su último libro Despertad al diplodocus después de toda una magnífica colección de libros pedagógicos (Biblioteca UP) y la redacción del Libro blanco de la profesión docente y su entorno escolar. Hay que conseguir convertir la docencia en un trabajo de élite, según él, en un intento de devolver el reconocimiento a los profesores como piezas clave para el cambio. El reto de estar a la altura se presentará desafiante entre los docentes en activo y los que aspiran a hacerlo.  

Se diría que su libro Despertad al diplodocus resulta tímidamente familiar con el movimiento de los indignados que reclamaban un cambio en la política con aquel ¡Indignaos! de Stéphane Hessel. Es como si la sociedad entera estuviera inmersa en un proceso de despertar general, en una carrera de encender personas. La educación, al igual que la política necesita un cambio. Se habla mucho del gran pacto de la educación de la cual José Antonio Marina bien nos advierte que de nada serviría si no va precedido de un gran pacto social. El sistema educativo se compone de muchos subsistemas que deben respirar juntos como un ecosistema perfectamente engranado. Es necesario cambiar muchas cosas para lograr ese florecer sistémico de todo el conjunto.


En el ámbito de la terapia familiar se habla de dos tipos de cambios cuando las familias se enfrentan a un problema para intentar solucionarlo: cambio 1 y cambio 2. El primero se limita a hacer unas modificaciones en forma de parches para que todo siga igual: por ejemplo, castigar al hijo que llega tarde a casa y que tiene mal comportamiento. El segundo trata de una transformación estructural que implica a todo el sistema. Es decir, mirar cómo cambiar el sistema para que la familia no arrastre al hijo hacia esas conductas. Nuestro sistema educativo me recuerda a esa familia que cambia para el no cambio. Valgan estas humildes palabras para empezar esa transformación conspirativa, de verdad. 

viernes, 22 de enero de 2016

Teclear para vivir


¿Por qué escribir? Esta pregunta me acompaña como si la mano que llevo en el bolsillo mientras paseo estuviera agarrada a ella. A la escritura. Y a nadie más que a ella. O quizá sería más acertado preguntar: ¿por qué teclear? Porque la escritura está reservada a unos pocos que construyen catedrales con las palabras. Quizá por padecer esa enfermedad de la lectura (de la cual a veces al parecer me repongo pero siempre recaigo) mi mano se atreve a hacer estos garabatos con las palabras. No es peyorativo lo que digo.

Mantuve una relación con este blog hace un tiempo como si me viera con mi amor los viernes. Era una forma de celebrar la vida, de perseguir la “joie de vivre” y lo recuerdo con la sonrisa que sale al despertar en la memoria una bonita historia del pasado. Fue un año de amor, como canta Luz Casal. Un año con encuentros viernes tras viernes. Doce meses en los que descubrí y viví que muchas veces no sabemos lo que pensamos si no nos ponemos a escribir, teclear.

Y ese año de amor me transporta misteriosamente a este que iniciamos y que es tan oportuno para refugiarse en las palabras, y preguntar: ¿y qué es de nuestra cultura, Donostia 2016? Y es que este 2016 se nos presenta cargado de oportunidades en Donostia. Un año para que vivamos que la cultura no es algo que se reduzca al espacio de los eruditos (si bien son ellos los expertos en ella) sino que debería respirarse en toda la ciudad. El lema de que la cultura cohesione la ciudadanía y haga de Donostia una ciudad inteligente y feliz a través de la capitalidad cultural es el inicio de lo que puede ser una gran historia. He de confesar que tenía ciertos prejuicios con el proyecto  al pensar que era un plan maquillado para el marketing turístico más comercial. Lejos de ello, entre muchas cosas Donostia 2016 pretende ir más allá de este año y quiere que sus proyectos perduren. Eso muestra un pensamiento a largo plazo que resulta atractivo y convincente. Recordemos que la convivencia y la cohesión no son consecuencia de actos donde se lanzan palomas al aire sino procesos vivos y continuados donde muchas partes interdependientes funcionan en armonía en el tiempo y se renuevan constantemente.

En este contexto que puede ser tan estimulante, te invito a escribir si todavía no lo haces. Bien puede ser un diario, un blog, un cuaderno de notas en forma de frases o una colección de citas. Ello puede llevarte a despertar partes de tu persona que te harán sentirte más vivo y auténtico. Eso es también fomentar una forma de cohesión entre todas las partes que nos componen. A veces olvidamos que la convivencia más importante es la que te hace sentir feliz en tu propia compañía. En otras palabras, que Donostia 2016 sea también Asier 2016, Mari Carmen 2016 y Edurne 2016.


Acabo de recibir una llamada. Me decía que por fin es viernes y que tenemos que vernos y hablar. Me preparo rápidamente y salgo a mi cita subrepticiamente. Me paro a pensar y me doy cuenta que es él. Él. Mi blog, eres tú, lectora. Veremos qué sensación traigo cuando esté de vuelta en casa y si continúo viéndome con él. Acaso no me guste, me siente incómoda. O tal vez, más joven, menos automática. Algo que un amante furtivo bien sabe hacer y de cuya mano agarro la mía. Esa mano que llevo en el bolsillo mientras paseo y que sólo a ella pertenece.