viernes, 23 de noviembre de 2012

Queridísimo tiempo




¿No os asaltan curiosas dudas en torno a cómo nos facilitan la vida las nuevas tecnologías? A estas alturas nadie pone en solfa que las lavadoras, las aspiradoras automáticas, o los sensores nos ayuden en la vida cotidiana a ganar tiempo para nosotros mismos. Sin embargo hay en mi opinión algunos huecos en los que se escapan mis interrogantes como motas de polvo sin identificar respecto a los adelantos virtuales.

En un futuro, quién sabe, habrá empresas que se dedicarán a ahorrar tiempo a sus clientes. ¿Se imaginan? “Moretime S.A.”, “Timeforlife S.L.”, “Tutiempo S.A.”. Porque el tiempo se está convirtiendo en un bien como el agua. No obstante, como os decía antes, no me convencen demasiado las costumbres que en algunas circunstancias adoptamos en el nombre del tiempo y menos aún gracias a las nuevas tecnologías.

Leemos los periódicos por encima en los teléfonos móviles, en Twitter nos ponemos al día de un tema que nos interesa especialmente, Facebook nos conecta con gente a la que conocemos más o menos, compramos a través de un botón lo que necesitamos sin pasar por el supermercado... todo en un visto y no visto. ¿No resulta paradójico en cambio que tengamos tantos recursos para ahorrar tiempo y que nos coman las prisas continuamente? ¿En qué se está convirtiendo el tiempo?

La información es un bien muy valorado, ¿pero tenemos tiempo para dosificarlo en nuestras vidas como es debido? Las nuevas redes sociales pone en contacto con mucha gente  pero qué tipo de amistad nos ofrecen? Tenemos tanta información que acaba por desinformarnos. Estamos tan conectados con nuestros perfiles públicos pero a la vez esas conexiones delatan una falta precisamente de amistad verdadera y relaciones de cara a cara. Es decir, nuestra intención última con los medios tecnológicos es facilitarnos la vida, conectarnos, informarnos, ganar tiempo... pero admitamos que a veces se convierten en justamente lo contrario: nos vuelven inútiles, nos desconectan, nos desinforman y perdemos el tiempo por todas las esquinas. Así los “ahorravidas” y las herramientas “ahorratiempos” se convierten en unos utensilios “perdetiempos”. Y llegados a este punto yo admito que Internet es para mí un medio bastante eficaz para entretenerme tontamente. ¿O soy la única que se le van las horas sin darse cuenta navegando virtualmente?

Hemos aprendido bastante intuitivamente a manejar las nuevas tecnologías. En cambio el aprender a gestionar todas esas masas de tiempo e información requiere algo más que intuición. Es decir, es más fácil manejar la pizarra digital que saber cómo debo invertir mi tiempo inteligentemente. Así, para mí sería más útil que me enseñaran a saber cómo gestionar mi tiempo libre y la información que a saber emplear las nuevas tecnologías. ¿O es que hay algo más preciado que dedicar a algo o alguien que no sea nuestro tiempo? ¿No os inquieta el papel central que están tomando las nuevas tecnologías en las aulas? ¿Cuánto tiempo escolar se ganará...se perderá...?


 Fotografía: Chema Madoz

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