viernes, 22 de junio de 2012

Para subirnos al mundo

Llegan las vacaciones para los niños y con ello regresa de nuevo como todos los años la noche de la víspera de San Juan. En este rinconcito mío voy a reflexionar sin vuestro permiso al menos un poquito en torno a las hogueras que se encienden al anochecer del 23 de junio. ¿Han preparado ustedes lo que desean quemar?

Y es que una de las experiencias más bellas en torno a esta noche la disfruté cuando formé parte en el akelarre de brujas que bailan año va y año viene alrededor de la hoguera de Urretxu (Guipúzcoa) al son de una música tan hermosa como hechicera. Se puede decir que una noche tuve la ocasión de "ser" una bruja. De mi cuello colgaban collares, mis pies estaban cubiertos por unas alpargatas negras y una toquilla oscura escondía mi silueta mientras bailaba con mis compañeras en torno a la hoguera. Bailamos y saltamos hasta que una mágica voz nos espetó aquello de "sorginak kanpora!" (¡fuera las brujas!). Entonces nos llegó el momento de sentarnos y divisar cómo poco a poco se apagaba el fuego mientras la gente bailaba y bailaba en la noche más corta del año.

Con todo esto me pregunto si todos llevamos una bruja en nuestro interior que de vez en cuando hace de las suyas, o en cambio, si hay brujas buenas o existen brujas malas. Por otra parte, pienso por qué adquiere otro matiz si la palabra bruja la cambiamos al masculino brujo. Asimismo, recuerdo ese dicho que asegura que las brujas buenas van al cielo y las malas a todas partes. Reflexiono  a la vez sobre los rituales que se dice que debemos hacer en esa noche, en aquellos estudiantes que aprovechan para quemar sus apuntes de un plumazo en la hoguera municipal. ¿Por qué necesita el ser humano reoxigenar su espíritu? ¿Cómo se las arregla para ello?

La pregunta parece absurda si tenemos en cuenta todos esos instantes en que pensamos que desearíamos que parase el mundo para bajarnos de él. Pero lo que sí requiere una matización es para mí el hecho de que no existen brujas buenas y brujas malas. Hay personas que llevan una bruja interior que actúa en un momento concreto bien o mal. Solo a base de repetir un comportamiento maligno muchas veces se puede hablar de la maldad.

Yo quiero ser optimista. Porque me gustaría pensar que toda persona que ha tenido una madre y un padre alberga en su interior una bondad por decirlo de una manera natural y espontánea. ¿Creen ustedes que hay personas que son malas? De so no sé yo mucho pero lo que sí os invito a través de este blog es que aprovechemos estos rituales populares y divertidos para olvidar todas esa experiencias que nos hacen perder la fe de un mundo digno. ¿Cómo es posible que todavía siga dando vueltas con la maldad que el ser humano es capaz de guardar en su corazón? ¿ Cómo se pueden arrancar esas malas hierbas? "Mala hierba nunca muere" se dice. Mucha de la buena debe  de haber, pues, en este planeta para que como digo todavía siga dando vueltas. ¿Saben ustedes ya lo que desean llevar a la hoguera?

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