viernes, 22 de marzo de 2013

De mi invierno sale la primavera



Hoy es el primer viernes que nos encontramos en la recién llegada primavera. Y aunque todavía el invierno se hará notar al salir a la calle, en la factura del gas o en la naturaleza nada nos puede quitar la ilusión de que el sol, los días largos o el renacer de las flores silvestres bañen nuestras vidas de luz, color y optimismo. La arriba mencionada joie de vivre o lo que en euskera decimos con la sonora palabra bizipoza es más fácil que aflore en estos meses en los que despedimos al invierno.

¿Cuántas obras de arte ha inspirado la primavera? ¡Tantas que podríamos decir infinitas! Todos conocemos por ejemplo la obra de Las cuatro estaciones de Vivaldi en el que se interpreta la música que corresponde a la primavera. La obra pictórica La primavera de Sandro Boticelli es igualmente bien famosa. Incluso en obras abstractas más contemporáneas como las de Cy Twombly se han hecho eternas las cuatro estaciones. El apasionante canto del final del invierno de Zea Mays (Negua joan da ta) nos ha cautivado a todos. Pero en la poesía, siento predilección por estas palabras de  Friedrich Hölderlin donde hace una correspondencia entre la primavera y la liberación de los pesares del alma: Olvida el hombre las aflicciones del espíritu,/ Pues florece la Primavera, y casi todo es radiante/ El campo verde maravilloso se extiende/ Y por él brilla bajando la hermosura de un arroyo. /De árboles cubiertos se levantan montes, / Y en los abiertos espacios el aire es maravilla, / El amplio valle se extiende por el mundo/ Y torre y casa se recuestan en las colinas.

Con todas estas manifestaciones podríamos decir que la primavera es una metáfora de la superación de los inviernos de la naturaleza y también del alma. Uno puede salir fortalecido de las malas experiencias y llegar todavía con ilusión al mes de la luz y el verdor. Precisamente esta cualidad humana de superar la adversidad con fortaleza se denomina hoy en día científicamente con la palabra resiliencia. El conocido psiquiatra Boris Cyrulnik es uno de los que más conoce este tema y además en primera persona. Es conocida su obra en la que relata la superación de traumas infantiles. En una entrevista concedida a una revista sobre educación defendía el vencer el trauma por el arte. ¡Qué dos palabras, trauma y arte! ¿Ha hecho alguna otra cosa el arte que no sea eso? Los artistas hacen con sus vidas expresiones artísticas ya sea con una experiencia traumática o con la alegría de vivir. Todos no somos artistas como Vivaldi o Hölderlin, claro está, pero de alguna manera sí somos capaces de hacer algo con nuestros fantasmas en la medida de nuestras posibilidades. Esa capacidad de reverdecerse o renacer de las cenizas es como llegar a ser otro a la vez siendo el mismo. Igual que una muñeca rusa. Una tras otra van naciendo iguales y cada una dentro de otra.

Estas cosas escribo yo mientras mi madre lee o cose a mi lado. Ella realiza sus maravillas con sus telas e hilos de todos los colores mientras yo de alguna manera coso también con estas palabras. De esta manera, nuestros inviernos se hacen primavera.

Ilustración: Apel les Mestres 

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