Lo que empezó como un simple juego o como una actividad
fruto de los avatares de la vida va acabar siendo un compromiso para mí. Así
son a veces las cosas de imprevisibles y sorpresivas. Me refiero evidentemente
a escribir mis artículos en este blog de la alegría de vivir. No tengo un día
exacto para publicar mis palabras pero me gusta pensar que de alguna manera es
viernes cuando acudo a esta cita con ustedes en este foro público. Digo que es
viernes porque recuerdo la hermosa canción de la banda inglesa The Cure cuando
suena ese magnífico y archiconocido fragmento de “It´s friday, I´m in love”.
¿Están ustedes enamorados?, ¿alguien les tiene a ustedes con
el corazón desasosegado? “Y a usted qué le importa” pensarán. Sea como fuere no
me negarán que el viernes no es un día propicio para los enamorados. Es un día
de la semana que invita a olvidar las cargas del trabajo, al desahogo y a la
diversión en buena compañía. Tanto es así que hasta se ha institucionalizado la
costumbre de “casual friday” para ir vestidos informalmente al trabajo.
No me negarán que no se trata de un magnífico invento de la humanidad el
viernes. Solo aquellos que trabajan los fines de semana pueden poner alguna
pega a dicha afirmación. Se trata al fin de un alivio en el calendario y todos
los alivios en esta vida son muy bienvenidos.
Mi liberación además es doble porque los viernes no sólo me
desentiendo de las ataduras de la semana sino que me doy en cuerpo al alma a la
escritura de esta página. Esta es la razón por la que digo que de alguna manera
es viernes cuando escribo en este blog. No me gustaría caer en el relativismo
en el que da igual que sea viernes o martes, sino que es más poéticamente como
me gusta decir que es viernes cada vez que escribo.
Así se puede afirmar
que disfruto al mostraros a ustedes una de mis múltiples facetas de la
vida a través de la escritura. Porque no saben ustedes lo que le libera a uno
contar las cosas de la vida, nimiedades a veces, tonterías, asuntos más
importantes otras veces... Da igual la clave está en contar y poder contar a
alguien, en mi caso publicar mis palabras para alguien.
No en vano una de las experiencias más gratificantes de la
vida es esa precisamente, estar con tu gente y charlar. Cuando se produce ese
encuentro con el otro algo en nosotros se eleva para hacernos sentir más
fuertes y la vez nos suelta de aquello que nos desquicia. Porque es el do, re,
mi de la vida que algo nos saque de nuestras casillas, de ahí no hay
escapatoria, así es la vida, c´est la
vie, que se dice.
No obstante, siempre están los analgésicos mentales para
seguir disfrutando de la vida. En mi caso uno de ellos es escribir. Por eso digo que es viernes cada vez que
hago eso. Vivo enamorada del acto de escribir. No sólo porque me divierte el
resultado sino que me libera y libera a aquel que encuentra sus palabras en las
mías. De alguna manera ese momento es viernes.
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