Lo nuestro se acabó y te arrepentirás/ De haberle puesto fin
a un año de amor/ Si ahora tú te vas pronto descubrirás/ Que los días son
eternos y vacíos sin mí/ Y de noche, y de noche por no sentirte solo/
Recordarás nuestros días felices, / Recordarás el sabor de mis besos/ Y
entenderás en un solo momento/ Qué significa un año amor/ Qué significa un año
de amor (...)
La sentida e inconfundible voz de Luz Casal canta estas
archiconocidas palabras con pasión. Al escucharla parece que lo hace como si
fuera la última canción de su vida. Afortunadamente sabemos que Casal no ha abandonado ni la vida ni la música al
escucharla cantar. Además de su voz sostenida con tanta sensibilidad, los
sentimientos que canta ella conectan con una manera de vivir la vida, es decir,
sintiendo la vida de forma visceral. Esta actitud de cantar con el corazón en
una mano es algo que he admirado de Luz Casal y que la canción a la que he
hecho referencia evidencia con claridad.
Un año de amor, pues. He aquí lo que ha significado para mí
escribir en este blog durante este año. Las penas empujadas por la ilusión de
la vida me llevaron a esta aventura de crear un blog. El deber de seguir
adelante se concretó entre otras cosas en poner por escrito y compartir con
todos vosotros mis palabras. Recordé al iniciar este camino las pinturas de
artistas modernos como Matisse cuyo título de “Joie de vivre” me fascinó cuando
los descubrí. Por eso bauticé esta página con el juego de palabras entre mi
nombre y la referencia a las pinturas que captaban esos instantes de la
felicidad. De esta manera me comprometí a recoger a través de fotos o palabras
esa mirada feliz, los ingredientes de la alegría de vivir. Una cosa me llevó a
la otra y de pronto me encontré cada viernes escribiendo un artículo acompañado
por una foto en la que intentaba copiar a columnistas a quienes admiraba. Esta
cita de los viernes se ha concretado durante todo un año en el que he
descubierto la sensación de que alguien lea mis palabras o la incertidumbre de
no saber hasta cuándo seguiría escribiendo. De lo que no hay duda es que las
palabras me han acompañado sin darme cuenta yo de ello. Las palabras bien
empleadas nos auxilian más de lo que pensamos o al menos a mí me han recogido
en una especie de regazo. De ahí que sostenga que este año de “joie de vivre”
haya sido un año de amor.
Siento que mi historia de encontrarnos cada viernes llega a
su fin para iniciar un nuevo ciclo. Pero y... ¿qué pasará cuando no acuda a mi
cita con esta página? Como dice Luz Casal, ¿me arrepentiré de haberle puesto
fin a este año de amor? ¿Empeorará mi vida sin las palabras? El tiempo revelará
estas preguntas. Y es que sólo entonces sabré qué significan las palabras, qué
significa escribir para mí...