Como soy una persona normal soy igual que tú o vosotros. Es decir, a base de repetir o que me enseñen algo que sea más o menos habilidosa en esto o aquello aprendo a realizar proyectos, acciones, servicios, labores, trabajos, ... aunque algunas veces se me escapen algunos detalles.
Pero con la tecnología -o como me gusta decir a mí, con la tesnología- me tengo que empeñar especialmente. Es uno de mis puntos de Aquiles si no os habíais dado ya cuenta. Para empezar el programa que me permite escribir en este blog es un como una especie de laberinto para mí. Un laberinto en el que me pierdo frecuentemente para mi desesperación aunque a veces también para producir alguna que otra risa. ¿O es que nunca os habéis echado a reír al tropezar en la calle? Digo que me pierdo muchas veces en el laberinto porque no me llevo bien con lo que responde a las famosas siglas TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación). Todo depende del uso que les demos a ellas, sí, pero a este paso parece que en un futuro las guerras o las cruzadas hasta podrían ser virtuales. Y es que cómo me cuesta editar los fallos de ortografía o de diseño que cometo en este blog. Va más allá del hecho de que soy imperfecta. Y perdónenme de antemano la pregunta que os voy a hacer: ¿ no se vuelven ustedes un poco suspicaces con los antivirus, cookies, zonas wifi, virus troyanos a como se diga y con la posibilidad de que alguien pueda intervenir en su escritorio del ordenador? No es que pretenda alarmaros pero creo o parece que detrás de los errores y las erratas –los que cometo en mi blog sin posterior post de fe de errores- hay todo un mundo detrás.
Existen errores que responden a la imperfección humana o al fallo humano pero también se cometen errores a sabiendas por diversos motivos. Parece que también se pueden hacer preguntas capciosas. Por lo tanto parece que se podría decir que hay errores no erróneos, errores simulados y fingidos o que también desgraciadamente se pueden producir negligencias o despistes fatales. Hay errores intencionados o fallos sin responder a ninguna voluntad humana. Algunas veces parece que ocurren casualidades poco casuales que encienden un signo de interrogación en nuestro interior...
Quede escrito pues en este post mi guiño a esos errores de tan diversa variedad aunque algunos no merezcan tal simpatía. Errores todos ellos en cualquier caso merecedores de corrección o perdón. ¿ O es que un error no se merece un perdón? ¿Hay errores o casualidades imperdonables? ¿Vivimos en un mundo así? Quedan ahí las preguntas. Yo me limito a confesaros que en este blog he cometido más errores de lo que me gustaría y que parece que cometeré más. Entonces volveré a esos laberintos interminables para intentar corregirlos. Callejones sin salida a veces, pero al mirar arriba con un cielo idéntico al de todos. Porque todos pertenecemos al mismo cielo o a las mismas gotas de lluvia. ¿Se colocan las estrellas de noche de forma errónea?
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